Autor | SOPHIE BLACKALL |
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Editorial | LATA DE SAL |
ISBN/EAN | 9788412078060 |
Existe una larga tradición de novelas, cómics, cuentos y películas cuya trama está ligada, de forma real o imaginaria, a un faro, desde El ojo de la aguja, la excepcional película de Richard Marquand, basada el texto de Ken Follet; hasta las historias firmadas por Julio Verne o Paco Roca. Estas torres de señalización luminosa diseminadas a lo largo del litoral marítimo son evocadoras e inspiradoras de tramas inolvidables, y Sophie Blackall, a quien conocíamos sobre todo por su faceta como ilustradora, ha querido rendir un emocionante tributo a través del álbum en el que recrea la trayectoria vital de un operario desde que toma los mandos, primero en solitario, luego desarrollando una vida familiar en las distintas dependencias de la torre, escenas que la autora recrea con honda sensibilidad especialmente en los capítulos dedicados a la maternidad o a la enfermedad del protagonista; hasta que la tecnología sustituye los viejos oficios y conduce a los protagonistas a una nueva realidad, para siempre cerca de los haces de luz y de su particular cadencia. La obra es una sucesión de bellísimas estampas marítimas, que culmina en una página troquelada en el crepúsculo de la trama, mediante la que conocemos las tareas cotidianas de estos valientes profesionales encargados de llevar a los buques a buen puerto (salvamento, cumplimentación del diario de bitácora, perfecto funcionamiento de los engranajes y mecanismos lumínicos…); al mismo tiempo que asistimos a los instantes más emotivos de la relación con su esposa y su hija. A finales del siglo XX fueron sustituidos por modernos sistemas de orientación que, sin embargo, nunca borrarán la honda huella que tantos fareros y fareras han dejado en las tripulaciones a lo largo del tiempo. Incluye un bello epílogo en el que traza una pequeña historia, trufada de anécdotas y datos curiosos, sobre estos centinelas del mar. Association for Library Service to Children, división de American Library Association, condeció la prestigiosa Medalla Caldecott en 2019 a la artista australiana por esta maravillosa obra.