Teórico del derecho, el académico argentino y autor de nuestro sello en representación exclusiva katz editores desmenuza el pensamiento del jurista alemán que ingresó al Partido Nacional-Socialista de Obreros Alemanes (NSDAP) en 1933, y cuyo «revival» se ha instalado en izquierdas y derechas mundiales y locales.
Diario la Tercera, domingo 10 de abril de 2022
El caso del jurista y teórico político alemán Carl Schmitt (1888-1985) ha sido el de un revival incontenido en el nuevo siglo. Tratándose de alguien hasta hoy ampliamente conocido como “el jurista de Hitler”, el fenómeno llama la atención, aun cuando en términos mediáticos no ha alcanzado -todavía- la notoriedad semifarandulera que en vida y después tuvo su compatriota Martin Heidegger. Eso sí, su nombradía parece bien asentada.
Ya a fines de los 90 “la moda de Carl Schmitt había llegado al mundo intelectual anglófono, y muchos teóricos de la política, juristas y otros le prestaron repentina atención”, escribió William Scheuerman, autor en 1999 de Carl Schmitt. The End of Law. Cuenta él mismo en la segunda edición (2019, ahora llamada The End of Law. Carl Schmitt in the Twenty-First Century) que su intención fue contener la ola schmittiana, pero que tales esfuerzos fracasaron: Schmitt, admite, “es ahora un nombre familiar (…) y su obra es más popular que nunca”. Otros títulos disponibles en Editorial Trotta
Estos vientos han soplado también en el Cono Sur, acompañados de reproches ideológicos y controversias en torno a la naturaleza de una obra atípica. Y, sobre todo, dicho en corto, en torno a qué tan nazi es la producción intelectual del autor de El concepto de lo político y cuáles serían las implicancias de que alguien se valga públicamente de sus ideas para alimentar las propias. También disponible en nuestra web «Glossarium : Anotaciones desde 1947 hasta 1958»
La Facultad de Derecho de la U. de Chile, por de pronto, ha dado pie a episodios en cuyo centro está el hoy constituyente Fernando Atria, el más notorio de los schmittianos locales: colegas como Pablo Ruiz-Tagle y Alfredo Jocelyn-Holt lo han “vilipendiado” por esta causa -según se reporta en Wikibello- y en una columna publicada en 2020 por Cíper Académico, el sociólogo Daniel Chernilo afirma que Schmitt -”pensador integrista, conservador, militante nazi”- ha dejado huellas en Chile, tanto en la Constitución de 1980 como en ideas que van de derecha a izquierda. De Hugo Herrera a… Fernando Atria.
Y si Chernilo habla de “una forma neofascista de pensar la política, la cultura y la identidad que por razones morales debería pertenecer únicamente al cajón de los (peores) recuerdos del siglo XX”, una columna de Ascanio Cavallo, en enero último, abordó diversas aristas del asunto, haciendo ver el influjo schmittiano en el neopopulismo de la izquierda latinoamericana, con su política de “amigos y enemigos”, y planteando que las ideas de Schmitt “deberían calificar en la categoría de ‘pensamiento abominable’ que la humanidad le asignó al conjunto de la ideología nazi”.

Andrés Rosler, que discrepa de casi todo lo afirmado más arriba y que confiesa un sentimiento de amistad respecto de Atria, contestó en su minuto a Cavallo, planteando en el blog La Causa de Catón que no tiene sentido decir que Schmitt “fue una inspiración constante para Adolf Hitler” ni suponer que hay una coherencia en su obra.
Abogado, máster en Ciencia Política, doctor en Derecho y profesor de Filosofía del Derecho en la U. de Buenos Aires, Rosler dice que mucho no puede opinar de la repercusión ideológico-histórica de Schmitt. Que lo suyo es “la teoría política o jurídica, en sentido estricto”. Nada le impide advertir, en cualquier caso, que “se lo suele demonizar, y con bastante razón, porque no tuvo mejor idea que afiliarse al Partido Nacionalsocialista cuando este llega al poder”.
Pero lo curioso de Schmitt, agrega Rosler, es que “antes ya de afiliarse es uno de los pocos intelectuales y juristas de la República de Weimar que exige -en el ensayo Legalidad y legitimidad [1932]- la prohibición de partidos antisistema como el Partido Comunista, y particularmente el Partido Nacionalsocialista”…